Después de la caminata del día anterior y esta mañana, la idea era ir a las Piscinas de Hermigua El Pescante para darnos un baño, tenía un buen recuerdo de la última vez que estuve en la isla, pero esta vez las encontramos cerradas por desprendimientos. Como queríamos bañarnos sí o sí, nos fuimos a la Playa de la Caleta, un poco más alejada y la carretera para llegar (como muchas de la isla) no está en el mejor estado, pero no hay problema para llegar en un turismo.
Aunque es una playa de rocas, en algunas zonas hay un poco de arena, pero no le quita ningún encanto, además, si el día está claro podremos disfrutar de unas buenas vistas de Tenerife y del Teide. La playa está equipada con duchas, zona de mesas y baños, también hay un bar pero esta vez estaba cerrado (no estoy segura de los horarios).
El mar estaba muy movido pero íbamos a bañarnos como fuera… acabamos bañándonos en la caleta de la izquierda (donde el agua estaba más limpia) cogidos a las rocas para que no nos arrastraran las olas!! Aprovechamos para darnos una buena ducha y comer aquí, ya que habíamos pasado por el super, esta noche nos esperaba una buena cena!
De ahí ya nos fuimos para Agulo, a dar una vuelta por el pintoresco y tranquilo pueblo norteño y esperar la hora de la cena para ir a La Vieja Escuela, para mí, uno de los mejores restaurantes de la isla, visita obligada!!
Esta era la segunda vez que venía, y tampoco me defraudó, pedimos almogrote, carne cabra y el atún en mojo, con el postre y la botella de vino costó unos 32€. Si os gusta el pescado también es muy recomendable!
Esta noche dormimos ahí, mismo, aparcados en el parking que hay al final del pueblo, y así nos despertamos con unas bonitas vistas del pueblo.
Al día siguiente seguimos con la ruta por el norte de la isla, la siguiente parada era el famoso Mirador de Abrante (desde Agulo si miramos hacia las montañas lo podemos ver a lo lejos, muy a lo lejos, impresiona bastante). Desde el mismo mirador también impresiona…sobretodo estar el saliente de cristal.
La siguiente parada es Vallhermoso, punto de partida de muchos senderos por los alrededores, pero no es a lo que veníamos, aquí solo estábamos de paso. A parte de los senderos, poco más hay por aquí, nos podemos acercar a la zona de la playa (donde también hay una piscina), pero suele hacer bastante aire; al final de la Playa de Vallhermoso podemos ver una edificación, el Castillo del Mar, aunque está permanentemente cerrado por desprendimientos.
De aquí nos fuimos para una de las zonas que más me gustan de la isla, Arguamul, también es de las más salvajes así que una buena caminata por aquí siempre vale la pena, aunque hay que estar en forma porque el valle acaba en picado! (nosotros bajamos en coche, así que solo es un consejo…)
Desde el barrio de Guillama podemos bajar a la playa, pero desde aquí hay que seguir andando, pero vale la pena, podemos disfrutar de las vistas hacia los Roques de Arguamul, la playa del Remo y de una parte del Monumento Natural de los Órganos (a lo lejos), aunque habrá que tener en cuenta la marea!
Ya se nos hacía tarde y teníamos que buscar un sitio donde dormir, contábamos con poder quedarnos en la playa de Alojera, pero cuando vimos la zona (apenas había sitio para aparcar) tuvimos que darnos media vuelta y buscar un sitio por el pueblo, ya que estaba a punto de oscurecer. Finalmente nos quedamos en el parking del Centro de Interpretación de Miel de Palma, y no estuvo tan mal!
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