Nuestro siguiente destino era Chengdu, la capital de Sichuan. Para llegar hasta ahí teníamos dos opciones, o bien volver hasta Lijiangi y de ahí coger la carretera que sube por Leshan para ver el famoso buda gigante, o bien coger las pequeñas carreteras que cruzan pueblos y montanas a 4000 m justo por las fronteras con el Tibet. Supongo que ya os imagináis qué opción escogimos:) aunque eso suponía retrasos, impedimentos y aventuras que nos tomarían unos días extras.
Este trayecto sí que fue toda una aventura! Ha sido la peor carretera que hemos hecho hasta ahora y con diferencia! Esta vez fueron 200 km que deberíamos de haber hecho en unas 7 horas, pero al final resultaron casi 13… Por si no os termináis de imaginar la situación aquí va un vídeo, y esto es la parte en que la carretera estaba asfaltada!!
No se ni como lo hice pero en cierto momento me quedé dormida; de repente, me desperté por algún movimiento más brusco de lo normal y vi la cara de susto de Raquel; la rueda trasera del bus se había quedado atascada en un bache. La carretera estaba helada por lo que no había manera de sacar la rueda de ese agjero; intento tras intento pero el resultado era el mismo, más que hacia adelante nos íbamos hacia atrás (justo donde estaba el barranco…) así que nos bajamos rápidamente del bus!!
Esta vez la espera fue más corta pero mucho más intensa . Los coches se empezaron a acumular en ambos sentidos ya que estábamos bloqueando el paso; no paraba de nevar y cada vez cuajaba más; al ver que todo esfuerzo era en vano nos empezamos a desesperar hasta el punto que nos empezamos a preguntar ¿qué pasará si no podemos mover el bus? ¿cuánto tardarían en rescatarnos? ¿aguantaríamos la noche en el bus o nos congelaríamos antes? ¿podríamos llegar algún sitio donde refugiarnos?
Por suerte en poco más de media hora consiguieron sacar la rueda de esa capa de hielo y pudimos arrancar de nuevo, pero seguimos por la misma carretera, mismas condiciones y sin cadenas!!
Una vez en Xiancheng conocimos a Mike y Jake, dos chicos ingleses con los que compartimos los siguientes días de viaje.
Aprovechamos la mañana del día siguiente para subir al monasterio de Xiancheng desde donde se puede disfrutar de unas vistas magníficas.
Al bajar del monasterio empezó el que ha sido el regateo más largo hasta el momento, para conseguir una furgo que nos llevara al siguiente pueblo tibetano para continuar con nuestra ruta, Litang, y tenía que ser esa misma tarde! Al menos el esfuerzo y la espera sirvió de algo ya que lo conseguimos por nuestro precio inicial:)
Bueno, lo mejor es que lo estáis contando. Me imagino que para ellos será el pan Nuestro década díap