Nada más llegar a Hoi An nos dimos cuenta porque es la parada de descanso por excelencia para los mochileros. Es un pequeño pueblo cerca de la costa lleno de esas calles con encanto que te incitan a pasear, comer y tomar unas cervezas en alguna de sus terrazas; sobre todo al anochecer cuando se encienden los farolillos y se respira un ambiente mucho más tranquilo.
Además, destaca por la gran cantidad de zapatearías y tiendas de ropa (para todos los gustos y precios).
No me hubiese importado quedarme un par de días más, pero como no íbamos sobradas de tiempo decidimos seguir bajando hacia el sur.
En principio este era el punto donde nos íbamos a separar, pero en el último momento nos entró el pánico e hicimos un cambio de planes para pasar las últimas horas de bus juntas hasta la siguiente parada, Mui Ne (si es que ya somos como un matrimonio!); fue todo un espectáculo, 20 minutos antes de que saliera el bus se le estropeó el móvil a Raquel…(qué típico!) ero al fin y al cabo eso fue la escusa perfecta para convencer al hombre de la agencia para que nos diera una plaza más para el mismo bus:) aunque terminamos pagando 4$ más! pero lo importante es que conseguimos pasar unas horas más juntas :P
Ese día por la mañana alquilamos un par de bicis antes de coger el bus y así aprovechamos para hacer una pequeña excursión hasta la playa y los alrededores de Hoi An. Si se tiene tiempo es algo muy recomendado!
Finalmente cogimos el bus con el que íbamos a pasar las siguientes 20h hasta llegar a Mui Ne, donde finalmente nos íbamos a separar, yo me quedaría en Mui Ne y Raquel seguiría el trayecto hasta Saigón (Ho Chi Minh); y como no podía ser de otra forma, el trayecto más largo tiene que ser con el bus en las peores condiciones!
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