Para llegar a los esperados Cameron Highlands tuvimos que coger el bus de Kuala Perlis a Ipoh, esperar 5h en la recepción de un motel (que todo sea por ahorrar un poco) y de ahí a los CH.
Que ilusas fuimos pensando que el año nuevo chino ya se había acabado…seguimos con las colas y retrasos ya que se ve que a los malayos también les gusta los días de vacaciones en estas tierras más elevadas y poder disfrutar de un clima más fresco.
Nos hospedamos en el Twin Pines durante dos noches (el único hostal donde encontramos habitación libre), y aún suerte que reservamos pocas horas antes desde la estación de Ipoh.
Al día siguiente nos dedicamos a visitar las plantaciones de té de Boh, las plantaciones de fresas y la supuesta granja de abejas que, esta última, dejó mucho que desear.
Lo más normal es moverse en bus o alquilar un taxi durante todo el día, así que cogimos el bus local hasta el norte de los CH pero al ver lo caro que era decidimos seguir nuestra ruta andando y haciendo autostop; nos habían dicho que, por lo general, en Malasia los coches no se paran a recogerte si haces autostop pero a nosotras nos funcionó:)
A la mañana siguiente nos fuimos a hacer un pequeño trekking por la junga en dirección a las Robinson Waterfalls (más bien lo llamaría desagüe) por donde andamos unas 2 horas (ruta 9 y 9A y nos desviamos a hacer la ruta 8). Realmente fue una mañana muy gratificante, y tan sólo nos encontramos 3 personas durante todo el recorrido (quizá a causa del día de lluvia…)
A la tarde nos fuimos para Melaka, haciendo noche primero en KL (mejor dicho, donde pasamos la noche despiertas en un restaurante 24h cerca de la estación). Llegamos a Melaka y a penas habíamos dormido 2h en el bus, pero tan sólo teníamos unas horas para visitar la ciudad antes de subir al siguiente bus para Singapur, así que había que aprovechar el día!
Melaka es una ciudad costera que destaca básicamente por su gastronomía, lo que significa que la mejor forma de visitarla es comiendo y probando sus diferentes especialidades gastronómicas.El pueblo en sí también tiene mucho encanto, sobretodo la zona de alrededor del río.
A las 6 de la tarde nos dirigimos de nuevo a la estación de buses y ahora sí que pusimos rumbo Singapur.
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