Llegamos al aeropuerto de KK pasadas las 9 de la noche y como era de esperar no llegamos a tiempo para coger el último bus al centro. El único servicio que ofrecen después de las 9pm son los taxis a un precio fijo de 30 ringgit.
Como en Myanmar nos aficionamos al regateo, por mucho que nos dijeron que es un precio fijo y no se puede bajar, nosotras lo teníamos que intentar; aunque me cueste reconocerlo no pudimos rebajar ni un mísero ringgit…pero aun así nosotras no nos rendimos, como buenas catalanas empezamos a andar y a los 3 minutos nos recogió un contacto que acabábamos de hacer en el aeropuerto por 6 ringgit por persona.
Después de un largo día de aeropuertos y aviones nos esperaba una larga mañana. A las 5 y media ya estábamos en pie ya que teníamos que coger el primer bus hacia Kinabalu Park para subir el pico más alto del sudeste asiático.
Fueron unas 4h de subida hacia el hostal en las que subes 3273 m en 6’5km. Una vez en el hostal no hay mucho que hacer, ducharte con agua fría, descansar, comer y acostarte pronto. A las 2 de la mañana ya estábamos desayunando (o más bien cenando…) y poco antes de las 3 nos pusimos en marcha para terminar de subir esos 822 metros que nos quedaban hasta la cima.
Nos costó empezar a subir pero una vez cogimos el ritmo decidimos no parar hasta llegar a la cima y, para sorpresa nuestra, llegamos las segundas!!
Uno de los objetivos de hacer noche en el hostal y levantarse antes de las 2 de la mañana es ver el amanecer desde la cima del monte; cuando nosotras llegamos arriba eran las 4.30am, por lo que no nos quedó otra que esperar algo más de una hora a que saliera el sol; está claro que siempre tienes la opción de bajar, como hizo mucha gente, pero ya que habíamos hecho el esfuerzo íbamos a aguantar hasta el final.
Muchas capas de ropa, toallas del hostal y calor humano. Así es como aguantamos esa hora a casi 0 º que se nos hizo eterna. Pero como después de todo esfuerzo, obtuvimos nuestra recompensa.
Desde el momento en que empezamos a andar el día anterior, todo fue subida, muchos escalones, un poco de pendiente y roca en el tramo final; ahora tocaba bajar los 8’5km para descender los 4095 metros del monte.
Bajar todos aquellos escalones que habíamos subido se me hizo más complicado de lo que esperaba pero decidimos no parar el ritmo que llevábamos y seguir descendiendo hasta el final; eso sí, paramos en el hostal a recoger nuestras cosas y recuperar fuerzas con ese desayuno tan merecido:)
Una vez llegamos a la entrada principal del parque nos esperaba otro buffet (no era ni la 1 del mediodía y éste era el 3r buffet del día!)
Ahora sí que después de descansar un poco y llenar el estómago de nuevo volvimos al hostal de Kota Kinabalu, dónde estuvimos dos días más, para descansar y pasar nuestro primer día de playa a la isla Sapi.
Me encanta!!!!!!!! Vaya caminata… ahora, sin duda la recompensa es esa playita!!! :)